4.01.2012
Decisiones inesperadas
Bar. Taxi. Conversaciones. Cigarros. Cervezas. Su casa. Miradas. Juegos. Abrazos. Besos. Caricias. Amigos.
Lo peor de todo es que me gustó, y no he dejado de pensar en ello. Me sentí a gusto, fui yo misma. Pero no quiero admitirlo. Ayer de madrugada tomé una decisión inesperada que resulta que fue una de las mejores decisiones que he tomado a altas horas de la mañana.
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