Me toca tirar

¿Es posible no sentir nada? Sé que no debería porque sé que no es bueno, y no porque lo diga yo, sino que todos sabemos que no debemos remover el pasado. El pasado está muy bien donde está y es que, por mucho que pensemos no podemos cambiar nada en él. 


Hoy he buscado en mi primer cajón de la mesilla algún sentimiento bonito, de esos que siempre vas a recordar, de esos que cuando se cruzan en tu mente sueltas una pequeña sonrisa y agitas la cabeza de izquierda a derecha sabiendo que no va a volver a pasar. 


Sí, hoy lo he buscado y ¿sabeis que? Que no lo he encontrado. Miento. Sí lo he encontrado, pero era una fotografía pegada en la pared, ya sólo era un recuerdo, ya no me trasmitía nada. ¿Realmente era un sentimiento o sólo un recuerdo? Y si es sólo un recuerdo, ¿es malo que ya no exista sentimiento? 


Me da miedo que ya no exista ese sentimiento que hubo una vez, sin embargo creo que es bueno que sólo haya un recuerdo, porque significa que algo en mí va avanzando. El problema es que avanzar lleva su tiempo y eso es algo que tengo que grabar en mi cabeza: No tengas prisa, María. Todo llega.


¿Todo llega? ¿Eso es lo que pensáis? ¿Y si no llega? ¿Y sí espero para nada?


Prefiero pensar en forma positiva, prefiero sonreirle a la vida y decirle: Es mi turno, me toca tirar y siempre te voy a ganar. Por eso, creo que este año mi propósito va a ser aprender a esperar.